Uno de los objetivos esenciales de la escolaridad obligatoria en su actual estructura es la de posibilitar una transición fluida entre las etapas que constituyen dicha estructura. Lo que debería ser una cuestión sin mayores dificultades, se ve obstaculizada en la actualidad por diversos problemas y cambios que deben afrontarse:
- las líneas de adscripción entre los centros
- dificultades de coordinación en la zona educativa.
- las dificultades de escolarización de la población flotante (inmigración residencias escolares, casa de acogidas,…)
- el descenso de las calificaciones como prueba de la ruptura académica entre etapas
- los cambios en el clima educativo ( centro, relaciones nuevas, mayor autonomía) y por tanto una mayor necesidad de autorregulación
- metodología didáctica y intensificación de los contenidos
- las relaciones con los profesores
Todas las transiciones educativas son delicadas, pero quizás de PRIMARIA a SECUNDARIA lo sea especialmente, Este conjunto de problemas suele generar dificultades de integración escolar, de comunicación con las familias, de adopción de medidas educativas oportunas, por lo que requieren una respuesta ágil y coordinada de los distintos órganos que han de colaborar para resolverlos, movilizando a los centros implicados, a los servicios zonales de orientación educativa (EOE) y el departamento de Orientación del centro.