Si Plinio levantara la cabeza y viniera nuevamente a Hispania, además de necesitar un interprete, por ejemplo Maria Luisa o Marisol (L. Clásicas), podría observar en nuestro Centro una rareza botánica, que él reconocería como propia, o sea romana: un roble (Quercus robur); procedente de las Termas de Caracalla (Roma).
Su origen fue una “bellota” recogida por Jose Vicente (Biología), en uno de nuestros repetidos viajes de estudios a Italia. La sembró un servidor (también Biología), el que escribe, la cuidó en su terraza y ya con un añito, trasplantó ese roble al patio del Centro, entre el escudo y el emparrado,... para los que no lo sepan todavía y lo quieran observar.
A su cuidado y sobre todo de riego, han contribuido algunos compañeros sensibilizados con la vida arbórea, por supuesto Jose Vicente, yo mismo, pero también Jesús (C.Sociales) y Javier (Plástica),... Miguel Angel (Conserjería), no, aunque tiene buena voluntad. ¿Me olvido de alguien? Lo siento, debo estar haciéndome mayor.
No crece rápido, incluso pierde la hoja en invierno, pero cuando rebrota en primavera tiene un verdor refrescante y que levanta el ánimo. Si conseguimos que prospere, se hará un señor roble, robusto, maduro, como su nombre,...¿os suena a docencia?.
Comparte el Centro con otros “primos” de su misma familia: encinas (Quercus rotundifolia) coscojas (Quercus coccifera) y alcorcoques (Quercus suber), más habituales en nuestro entorno mediterráneo y todos con un denominador común, sus frutos o bellotas.
No me extiendo más, que soy muy pesado, os invito a conocerlo y espero que a su futura sombra haya alumn@s muchos años, que también maduren y puedan disfrutar viéndolo.... Un poco de Roma, de su idioma, el latín y de naturaleza nunca vienen mal (a mi modesto entender).
Justo Romero
Averiguad quién es quién......